miércoles, 5 de mayo de 2010

campesinod libres


El campesino medieval [editar]

Durante la Edad Media el sistema feudal dominaba en Inglaterra. La gente, bajo el control de dueños feudales, vivía muy aisladamente en las aldeas y aun en los pueblos. El dueño del feudo exigía que la gente le rindiera gran parte de su labor a cambio de la libertad muy limitada de cultivar sus propios pequeños terrenos. Las humildes chozas de los campesinos estaban en contraste con las enormes casas de piedra y los castillos de los acaudalados terratenientes. Debido a que no tenían instrucción académica, los campesinos vivían en gran ignorancia y estaban llenos de temor y superstición, una situación a la cual contribuyeron en gran medida las frecuentes pestes y el hambre, lo que culminó en la peste negra de 1349. La influencia de la Iglesia y el monasterio también era muy opresora.

Muchas personas se cansaron de su condición de servidumbre.Con el tiempo, en vez de exigir labor, algunos patronos pidieron que los siervos les pagaran un alquiler... un arreglo que resultó en mayor libertad para los campesinos. A medida que la independencia del campesino fue creciendo, este tuvo más oportunidades de pensar y de tomar parte en otros aspectos de la vida social.

El campesinado en el marxismo [editar]



Campesino alemán en 1955.

En la teoría marxista, el campesinado es un productor agrario que, al mismo tiempo, trabaja en la tierra y es propietario (o poseedor) de la misma, es decir, tiene la "gestión técnica" de la producción en su parcela o terreno. En los diferentes modos de producción, el campesinado va evolucionando: bajo el esclavismo, siempre está bajo la amenaza de la esclavización, en el feudalismo, es la clase social más numerosa, y paga regularmente una renta al señor feudal o terrateniente, y bajo el capitalismo, sufre la competencia de la industria y el "agribusiness", viéndose cada vez más relegado y migrando a las ciudades.

Ya Lenin había planteado en Rusia la alianza entre obreros y campesinos para iniciar la revolución contra los terratenientes y la alta burguesía. El maoísmo analizó el papel del campesinado en las revoluciones de los países dependientes del imperialismo, y sacó como conclusión que, en aquellos países en los que el campesinado fuera una fuerza numerosa, y por lo tanto, la más pobre y movilizable, era muy importante conseguir su apoyo como fuerza motriz de la revolución, pero sin dejar de plantear que la hegemonía de la revolución democrática, en tránsito al socialismo, debía seguir siendo la clase obrera.

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